jueves, 11 de julio de 2019

TECNICA DE MODULACION

TECNICA DE MODULACION


Al hablar utilizamos continuamente variaciones en la altura tonal de la voz, con lo que conseguimos dar expresividad al discurso. La eficacia de la comunicación dependerá en gran medida de las inflexiones, entonaciones, pausas, la dicción... que utilicemos. Los estados de ánimo quedan reflejados de forma clara en la variación del tono.
Una vez aprendida la técnica vocal, hay que hacer hincapié en este tipo de factores que dan calidad a la expresión
Para modular la voz utilizaremos ejercicios en los que se pedirá al paciente la expresión de un mismo mensaje con diferentes entonaciones, recurriendo a cambios a la altura de la voz. Lo hará de forma interrogativa, exclamativa, con enfado, con sorpresa, con indiferencia, con timidez, como exigencia, con dudas...
IMPOSTACIÓN
En esta etapa del tratamiento, se trata de obtener el máximo aprovechamiento de los resonadores naturales. El paciente aprende a dirigir el sonido, estimular la zona palatal y adoptar las posiciones adecuadas de la musculatura blanda.
Inés Bustos define la impostación como la acción de “colocar la voz en la caja de resonancia a fin de que, con el mínimo esfuerzo posible, se obtenga un máximo rendimiento fonatorio”.
Para lograr la mayor resonancia posible en la voz, en primer lugar tenemos que localizar el tono óptimo conversacional. Hay varias formas de identificarlo, por ejemplo por medio del sonido de la tos, o de un bostezo, o del asentimiento, o mediante el alargamiento de una vocal en una frase breve. Si nos basamos en la tos, bostezo... debemos asegurarnos de no hacer una demostración al paciente, para que este no imite nuestro tono. Lo mejor es que lo haga de forma espontánea durante la sesión y estemos atentos para captarlo. Una vez identificado el tono, podemos trabajar 3 ó 4 tonos por encima y por debajo en los ejercicios de modulación de la voz. Excepto en la rehabilitación de cantantes, en la que habrá que extenderse según las posibilidades de su voz.
El paciente debe realizar en ese tono óptimo los ejercicios que le enseñarán a dar la mayor resonancia a su voz.
Algunos ejercicios son:
  • Emitir una “m” mantenida ahuecando bien la boca por dentro, creando espacio para el sonido. Debe utilizar el soplo abdominal, aunque el movimiento de las paredes abdominales debe ser casi imperceptible. Al hacerlo, se debe fijar en las sensaciones vibratorias que se producen en la cara y en la colocación de los órganos de la boca cuando la resonancia es adecuada (en especial del velo del paladar). El suelo de la boca debe permanecer relajada para poder realizar correctamente el ejercicio, y no debe producirse un ataque vocal duro.
  • Una vez que emite correctamente la “m”, empezamos con las combinaciones silábicas con “m”. En primer lugar la “o” o por la “u”, con lo que el ejercicio sería la repetición de “moom moom moom” o “muum muum muum”
  • Lo siguiente sería la pronunciación más breve y normalizada de estas sílabas (colocar la m y cambiar enseguida a la vocal)
  • Después de impostar con la “m”, puede intentarse con la “n” de la misma manera, para pasar a continuación a la “l”
  • Emisiones de cinco sílabas, sustituyendo la m inicial por “br”, “cr” o “zr” (bra - bre - bri - bro - bru)
  • Algunos cantantes utilizan este primer sonido impostado (mmm o moom) para anteponerlo a frases cortas como apoyo para la impostación de las frases. De tal forma que el ejercicio sería: “mmm, me llamo Pepe, mmm estoy a gusto...”
  • También se pueden hacer combinaciones de vocales en el mismo tono.
A medida que la voz adquiere resonancia y el esfuerzo se minimiza, podemos empezar a trabajar con el volumen, haciendo ejercicios en que este suba o baje. Hay que vigilar que la técnica fonatoria sea adecuada en todo momento.
Por último podemos hacer ejercicios que abran paso al aprendizaje de la modulación de la voz, emitiendo sonidos a distinta altura tonal. Podemos utilizar el legato, que consiste en pasar de un sonido a otro en la misma espiración. Se suele hacer con las vocales pasando del grave al agudo sin interrumpir el sonido, o con sílabas. O incluso los mismos ejercicios de impostación citados antes pueden variarse jugando con la variación de notas dentro de los 3 ó 4 tonos por encima y por debajo del óptimo.
Como cologón, se pueden utilizar canciones sencillas y trabajar la impostación en la voz cantada.
LA ARTICULACIÓN
No todos los métodos de reeducación trabajan sobre la dicción y la articulación. Los que lo hacen se basan en que la voz hablada debe ir dirigida a que el mensaje oral se escuche y se comprenda bien.
La dicción, entre otras cosas depende de la calidad del sonido y de la resonancia. Requiere también un movimiento correcto de los órganos articulatorios (labios, lengua, mandíbula y velo del paladar). Se trabaja por medio de la lectura de textos con complicación progresiva y el ensayo de diferentes tipos de discurso. Si es necesario, se utilizarán praxias bucofonatorias.
También se puede practicar la lectura con un lápiz entre los dientes, la lectura a distintas velocidades o los trabalenguas.
           LUIS TEJADA RIVERA ESCUELA RADIODIFUSION ONISS-MINISTERIO DE EDUCACION


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