Fluidez verbal:
12 técnicas psicológicas para mejorarla
La capacidad comunicativa de cada
persona tiene mucho que ver con esta habilidad.
El ser humano se está comunicando
continuamente con aquellos que le rodean, empleando para ello diferentes tipos
de lenguaje.
Uno
de los principales es el lenguaje oral, el habla. Comunicarse oralmente y
hacerlo de una manera fluida, entendible y que permita la transmisión de
significados con facilidad es algo que se da por sentado en la mayoría de las
personas, mientras que no ser capaz de hacerlo supone un elevado nivel de
limitación funcional. Afortunadamente, la fluidez verbal es una
habilidad entrenable.
El
concepto de fluidez verbal
Para
poder entrenar correctamente la fluidez verbal, antes necesitamos saber qué es
lo que estamos entrenando. Por ello vamos a hacer primero un breve comentario
sobre qué implica este concepto.
Entendemos
por fluidez verbal a la capacidad de establecer un diálogo de manera clara y
espontánea, estableciendo conexiones entre frases
e ideas de manera natural y no forzadas de manera que el discurso aparece como
continuado y prolongado en el tiempo. Un discurso fluido va a permitir
transmitir de forma entendible ideas e informaciones al receptor, con un ritmo
adecuado y evitando pausas innecesarios y rupturas de ritmo y tono que podrían
alterar la comprensión.
La
ausencia de fluidez verbal puede tener diferentes causas, desde normativas como
determinados tipos de carácter o la ausencia de práctica en el uso del lenguaje
(por ejemplo, cuando aprendemos un idioma somos poco fluentes, o bien ante
situaciones de privación de estimulación) hasta la presencia de alteraciones y
trastornos neurológicos, como en la afasia de Broca.
Doce tecnicas para mejorar nuestra fluidez verbal
Afortunadamente,
la fluidez verbal es una habilidad que puede ser entrenada, existiendo múltiples maneras de mejorarla. A continuación,
le dejamos varias tecnicas y estrategias de uso común para ello.
1. Trabalenguas
La
fluidez se adquiere con la práctica. Una forma de hacerlo de manera más
o menos amena es mediante el uso de trabalenguas. Si bien suponen un
desafío para la mayoría de la población, permiten que el sujeto se desafíe a sí
mismo a completar secuencias más o menos prolongadas de palabras con sonidos
semejantes y con pocas pausas entre ellas. Si estamos intentando mejorar la
fluidez de un niño resulta de utilidad verlo como un juego y no castigar los
errores o la lentitud, pues de lo contrario podría generar frustración y
reticencia a hacerlo.
2. Teatralización de guiones y role-playing
Una
forma de mejorar la fluencia verbal puede hallarse en el uso de la
teatralización. Se trata de una forma amena en la que
la persona va a tener que exponerse públicamente relatando un texto que debe
haber estudiado y repetido numerosas veces con anterioridad. El uso de la
representación y la dramatización, vestuario, escenario y gesticulación permite
mejorar la fluencia de una manera amena y divertida.
3. Hablar sobre temas en los que tengamos dominio
Para
hablar con fluidez tenemos que tener confianza en lo que estamos diciendo. Si bien en la vida diaria los temas de conversación
y lo que vamos a tener que comunicar puede variar enormemente, puede ser de
utilidad de cara a empezar a entrenar la fluidez que se hable de temas sobre
los que el sujeto entrenado tenga cierto dominio. Saber de qué habla hará que
pueda prolongar su discurso y que poco a poco vaya cogiendo confianza en sus
habilidades.
4. Elaborar una historia entre todos
Las
actividades cooperativas también permiten reforzar la fluidez verbal. Una
de las formas de hacerlo es realizar una historia de forma cooperativa,
encadenando palabras y formando frases con sentido. Cada componente del
grupo deberá repetir lo que han dicho los anteriores y añadir una palabra o
frase, de manera que a la larga va aumentando el flujo de palabras y se ve haciendo
una historia cada vez más compleja y fluida.
5. Autoinstrucciones en voz alta
Puede
ser de utilidad pedir al sujeto que realice una acción y mientras la lleva a
cabo vaya explicando las acciones y pasos que
va realizando. De esta manera se puede ir mejorando la fluidez de una forma más
inconsciente, dado que la persona va a estar centrada en la realización de la
actividad en sí.
6. Tareas de repetición
Una
de las técnicas más empleadas, se basa en hacer que el sujeto repita lo
que le hemos dicho. Se utilizan inicialmente palabras y frases
relativamente cortas, para ir aumentando en complejidad según se vaya logrando
superar su extensión con un ritmo y velocidad normales.
7. Canciones
Otro
pequeño truco que puede aumentar nuestra fluidez verbal es cantar. A través del canto vamos replicando los sonidos y la
entonación de los autores de la canción, produciendo un habla cada vez más
prolongada y que intentaremos que se adecue a los parámetros con la que la
hemos escuchado.
8. Explicación de imágenes
Un
truco habitual que puede permitir una mejora de la fluidez verbal es hacer
que el sujeto a entrenar deba explicar el contenido de una imagen en la que se
refleje una situación, cuya complejidad puede ir variando. Si se ofrece una
explicación simple y corta (por ejemplo, se observa una boda y el sujeto se
limita a decir la palabra que identifica a la situación), se le pueden hacer
preguntas al respecto.
9. Semejanzas
Otra
tarea que puede verse como un juego es la de pedir al sujeto que expresa las
semejanzas o diferencias entre dos elementos, las cuales han de ser muy
perceptibles y claras al principio y más abstractas según se va avanzando.
10. Aprendizaje de vocabulario y expresiones
Para
poder ser fluente en el lenguaje es necesario disponer de una base de
conocimientos sobre qué son las cosas y cómo se denominan, de manera que en caso de que no se disponga de
suficiente vocabulario es necesario implantarlo poco a poco. Si bien ello no
genera per se la fluencia verbal, es un requisito necesario que lo facilita.
11. Tareas basadas en los turnos
A
veces la fluidez verbal se ve disminuida no por falta de velocidad, sino por
exceso de ésta. En este sentido, la realización de
juegos o actividades que exijan turnos o realizar determinadas pausas. No tiene
porque ser una tarea únicamente de lenguaje, sino que también pueden usarse
tareas motoras (como por ejemplo el escondite inglés) o la realización de
debates.
12. Límite de tiempo
Establecer
límites temporales para decir algo puede ser de utilidad si se experimenta como
un juego o una competición. Por ejemplo, se
puede proponer llevar a cabo una exposición de un tema concreto en el que se
tenga que reflejar determinadas informaciones durante cinco minutos, para
posteriormente ir reduciendo el tiempo del que se dispone para ello teniendo en
cada ocasión que mantener la información propuesta.
ESCUELA DE RADIODIFUSION Y MAESTRO DE
CEREMONIAS ONISSPERU-LIMA-PERU
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