TECNICAS DE LOCUCION
ESCUELA DE LOCUCION Y MAESTRO DE CEREMONIA ONISSPERU
Ejercicio 1:
Como ya he dicho en otras ocasiones, el
comunicador artificial siempre sonará igual y, en cambio, el comunicador que
utiliza la naturalidad será capaz de adaptarse a cualquier circunstancia y hará
llegar su mensaje con el sentimiento que desee imprimirle.
Te propongo el siguiente ejercicio: Coge
al azar un texto. De un periódico, un libro, una revista, una web,… el que sea.
No muy largo. Un párrafo de unas 5 líneas.
Intenta leerlo varias veces
transmitiendo en cada ocasión un sentimiento y un estado de ánimo diferente.
Por ejemplo, léelo:
- Como si fuese un texto graciosísimo.
- Como si estuvieses muy enfadado.
- Como si hubiese mucho ruido a tu
alrededor y tuvieses que gritar.
- Como si estuvieras entre el público
asistente a una conferencia y tuvieras que hablar muy bajo.
- Como si fueses un político desde el
atril, convenciendo a las masas en un mitin.
- Como si tu audiencia fueran los niños
de una guardería.
Grábalo y escúchate. Comprueba si hay diferencias. Si ves que no las hay o hay muy pocas, inténtalo sin leer. Memoriza un texto fácil, una frase de uso cotidiano como por ejemplo: “Qué buen día hace hoy, seguro que me voy a la playa”.
Este ejercicio conviene hacerlo con todo tipo de textos, desde poesías hasta informativos, y añadiendo supuestos. Y como siempre recomendaré en los ejercicios que propongo, hay que exagerar, arriesgar, para alcanzar nuestro “punto ideal”.
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Ejercicio 2:
En la línea del ejercicio anterior vamos
a leer diferentes textos imprimiéndole a cada uno el sentimiento, el ritmo, el
énfasis, etc., que le corresponde.
El primero es un fragmento de un cuento. Intenta leerlo exagerando la entonación como si quisieras llamar la atención de unos niños que te escuchan atentos. Imita las voces. No te quedes corto/a.
El segundo es un típico texto informativo. Su lectura debe de ser neutra, sin aspavientos, seria, aunque vocalizando y sin correr. Que se entienda claramente la noticia.
El tercero son dos estrofas de una poesía de Machado. Intenta sentir lo que dices y que así le llegue al receptor. Insisto, exagera en el énfasis, ayúdate de la gesticulación, varía la intensidad de cada verso,...
(Los textos poéticos son idoneos para
las prácticas de locución pues sirven para muchos tipos de ejercicios: Para
trabajar la interpretación, el lenguaje corporal, la vocalización, la
velocidad, para combatir la monotonía , etc.).
El cuarto es un fragmento de un supuesto mítin político. Imagínate que estás encima de un estrado, ante un atril, dirigiéndote a cientos de seguidores que te escuchan convencidos. Eleva el volumen y la entonación. Recalca, subraya si es necesario, las palabras o frases donde tengas que enfatizar más. Ve subiendo en intensidad para que al final provoques que el público rompa en vítores y aplausos.
Grábalo y escúchate. Comprueba si hay
diferencias. ¿Te convece? Sé crítico/a. Si ves que no hay diferencias entre las
diferentes lecturas o hay muy pocas, inténtalo de nuevo.
Una variante del ejercicio, para mí mas divertida e interesante, es leer los 4 textos con las entonaciones que no le corresponden. Por ejemplo, intenta leer el primer texto, el cuento, como si estuvieras leyendo una noticia o dando un mítin. Y así con los demás. Grábate y escúchalo.
Pídele a alguien de confianza (y de gran paciencia), que intente adivinar que entonación le has dado a cada texto.
Textos:
Primero:
… De repente vio al monstruo, que era
enorme, delante de ella.
- ¿A dónde vas, niña?- le preguntó con
su voz ronca.
- A casa de mi Abuelita- le dijo
asustada.
- Uhm… No está lejos- pensó el monstruo
para sí, dándose media vuelta.
Segundo:
La inmigración y la vivienda son dos de
las cuestiones que inquietan cada vez más a los andaluces, quienes siguen
considerando al desempleo como su principal preocupación, según un informe
realizado por el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de
Andalucía durante el otoño de este año.
Tercero:
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón.”
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
(Antonio Machado)
Cuarto:
Porque no hay derecho a que la señora
Martínez diga que van a invertir 3 millones de euros cuando es absolutamente
falso. Y lo digo sabiendo lo que digo: ¡Mienten! No van a gastar un solo duro
en nuestra ciudad. En cambio nosotros, si lo vamos a hacer.
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Ejercicio 3:
En los ejercicios 1 y 2 hemos intentado
adaptarnos al contenido del mensaje o hemos decidido cómo queríamos que llegase
al receptor modificando la entonación a nuestro antojo. Para lograr un
resultado óptimo hay que evitar, entre otras cosas, la entonación monótona: Hay
que variar la velocidad, enfatizar, cambiar el tono (cuando sea necesario más
agudo y rápido para llamar la atención o más grave y lento para el contenido
que más queramos destacar).
Y además, hay que variar el volumen y la intensidad de la misma manera que lo haríamos en una conversación cotidiana.
Por corrección, miedo, educación, etc.,
nos movemos entre dos segmentos muy cercanos entre sí que, sin quererlo,
limitan nuestras capacidades ante el micrófono.
¿En tu vida cotidiana, eres capaz de
gritar, proyectar la voz y también susurrar?
Imagínate contándole algo a alguien cercano a ti. Visualiza cómo te expresas, tu ritmo, tu volumen, tu entonación, incluso tu gesticulación (en su momento hablaremos de la importancia del lenguajes corporal).
Ahora visualízate delante de un micrófono y hazte las siguientes preguntas:
¿Te reconoces como la misma persona?
¿Te expresas igual en ambos casos?
¿Suenas igual de convincente?
Vamos a trabajar la intensidad: En el siguiente texto diferenciamos 5 niveles. Imagínate que estás solo/a en tu habitación y piensas en voz alta o bien que le estás contando una confidencia a un/a buen/a amigo/a.
Se trata de leer cada nivel aumentando la intensidad y apreciando diferencias entre uno y otro:
- El primer nivel se
debe leer con un volumen muy bajo, reflexivo y con un tono grave.
- En el segundo, hemos de
subir unos pocos decibelios e imprimirle un poco más de énfasis, aunque sin
pasarnos.
- En el tercero, subimos más
el volumen y empezamos a mostrar nuestro enojo.
- En el cuarto, el
cabreo se hace patente y la intensidad ha aumentado por encima de nuestro
volumen habitual. Casi gritando.
- El quinto, debe de ser un
grito que asuste. Hemos de reflejar nuestro enfado absoluto. Hay que soltar
toda la ira por la boca…
Antes de hacerlo, ten en cuenta lo siguiente:
- Calienta antes de hacer el ejercicio.
Es muy importante.
- Seguramente tenderás a acelerar la
lectura. Procura evitarlo, no corras. Recalca las palabras, enfatiza en algunos
conceptos que consideres importantes.
- No te cortes, grita, enfádate. Si te
resulta más fácil, cambia los nombres y pon alguno “que te ayude”.
- Enciérrate en una habitación y avisa a
la gente que no se asuste si te oye gritar (Recuerdo en una ocasión,
impartiendo un taller en un centro público, al hacer este ejercicio, un alumno
“se entregó tanto”, que vinieron dos guardas de seguridad a ver qué pasaba).
TEXTO:
Nivel 1
He de reconocer que esta situación me
molestó, pero ya lo tengo olvidado…
Nivel 2
Es que duele mucho que una persona te
engañe como lo hizo Carlos, pero... ¡ya está!...
Nivel 3
Porque... no me digas tú, comprometerse
conmigo en que íbamos a hacer juntos el viaje, comprar los billetes y luego
dejarme tirado/a como me dejó ¡Es que tiene narices!...
Nivel 4
No me quiero cabrear, pero a mí nadie me
hace esto: Con todo preparado, habiendo pedido favores a mis compañeros/as para
poder coger unos días y que ahora se vaya con la tonta de Lola, teniendo ya
todo organizado como estaba…
Nivel 5
¡Vamos! ¡Es que como lo pille lo mato!
¡Imbécil! ¡So mierda!
¡Ah! Y no te olvides de grabar lo que hagas y de escucharlo. Sé crítico/a y si no te convence, repítelo.
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Ejercicio 4:
En estos primeros ejercicios estamos
trabajando nuestra capacidad para adaptarnos a diferentes textos, a distintos
estados de ánimo. Nos estamos demostrando que somos capaces de alcanzar
objetivos que antes no lográbamos, por medio de las diferentes entonaciones,
del énfasis, de la interpretación. En la radio y en la televisión se tiende,
sobre todo los locutores de noticias, a caer en una monotonía de la que cuesta
mucho salir. En ocasiones, por miedo al ridículo o por un exceso de corrección,
no alcanzamos la entonación adecuada, no interpretamos correctamente el texto
que estamos leyendo o la idea que queremos comunicar.
Te propongo trabajar con este texto extraído de “Cyrano de Bergerac”, la obra de Edmond de Rostand. Cyrano era un personaje muy peculiar que camuflaba su fealdad (llamaba la atención por su inmenso y prominente apéndice nasal) con un altísimo nivel cultural, un gran vocabulario y una extraordinaria facilidad para el verso y la prosa improvisada.
En un pasaje de la obra, Valvert tiene la “osadía” de dirigirse a Cyrano refiriéndose al tamaño de su nariz a lo que Cyrano responde de una forma "un tanto especial" y muy en su estilo. Como verás Cyrano se refiere a su nariz desde distintas perspectivas.
El ejercicio consiste en que leas cada frase que dice Cyrano con su correspondiente entonación. Cuando diga agresivo, le imprimes a la frase un tono agresivo, si dice amistoso, con tono amistoso, etc.
Antes de realizar el ejercicio,
calienta. Si tienes algún método, utilízalo y si no, usa el propuesto en Recomendaciones previas II.
Como siempre te digo, grábalo y escúchate. Comprueba si has sido capaz de diferenciar, con tus entonaciones, las distintas expresiones de Cyrano. Si no te convence, vuelve a intentarlo. No te quedes corto, arriesga, exagera. Y si tienes dudas sobre cómo hacer el ejercicio, mándame un email y te ayudaré.
Valvert: Tenéis una ... nariz ... muy... grande (...)
Cyrano: Eso es muy
corto, joven; yo os abono que podíais variar bastante el tono.
Por ejemplo:
Agresivo: "Si en mi cara
tuviese tal nariz, me la amputara."
Amistoso: "¿Se baña
en vuestro vaso al beber, o un embudo usáis al caso?"
Descriptivo: "¿Es un
cabo?¿ Una escollera? Mas ¿qué digo? ¡Si es una cordillera!"
Curioso: "¿De qué os
sirve ese accesorio? ¿De alacena, de caja o de escritorio?"
Burlón: "¿Tanto a
los pájaros amáis, que en el rostro una alcándara les dais?"
Brutal: "¿Podéis
fumar sin que el vecino ¡Fuego en, la chimenea! grite?"
Fino: "Para
colgar las capas y sombreros esa percha muy útil ha de seros"
Solícito: Compradle una
sombrilla: el sol ardiente su color mancilla."
Previsor: "Tal nariz
es un exceso: buscad a la cabeza contrapeso."
Dramático: "Evitad
riñas y enojo: si os llegara a sangrar, diera un, Mar Rojo.
Enfático: "¡Oh nariz!
... ¿Qué vendaval te podría resfriar? Sólo el mistral."
Pedantesco: "Aristófanes
no cita más que a un ser sólo que con vos compita en ostentar nariz
de tanto vuelo: el Hipocámpelephantocamelo."
Respetuoso: "Señor,
bésoos la mano: digna es vuestra nariz de un soberano."
Ingenuo: "¿De qué
hazaña o qué portento en memoria se alzó este monumento?"
Lisonjero: "Nariz como
la vuestra es para un perfumista linda muestra."
Lírico: "¿Es una
concha? ¿Sois tritón?"
Rústico: "¿Eso es nariz
o es un melón?"
Militar: "Si a un castillo
se acomete, aprontad la nariz: ¡terrible ariete!
Práctico: "¿La ponéis
en lotería? ¡El premio gordo esa nariz sería!"
Y finalmente, a Piramo imitando: "¡Malhadada nariz, que, perturbando del rostro de tu dueño la armonía, te sonroja tu propia villanía!".
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Ejercicio 5 :
No se trata de una competición. La lectura de palabras de difícil pronunciación ha de hacerse primero con lentitud, con muuuucha lentitud, muchíiiiisima lentitud:
Cuando hayas conseguido leer todas las palabras sin equivocarte, correctamente pronunciadas, con una perfecta dicción, a esa lentísima velocidad, entonces podrás acelerar un poco.
Insisto, es importantísimo mantener esa velocidad lentísima. Esto nos va a permitir ejercitar la vocalización, la concentración en la lectura, el control de velocidad.
Al leer a esa velocidad tan lenta, intenta practicar una de las claves de la lectura: adelantar la mirada a la emisión de voz. Intenta que tu mirada se fije en la palabra o palabras siguientes a la que estás pronunciando.
Este es el listado. Como he comentado en RECOMENDACIONES PREVIAS I, te sugiero que lo copies a un archivo externo, lo pases a un tamaño 14 de letra y a doble espacio. ¡"Que lo disfrutes"!:
Apocalíptico, Arbatrista, Archimandrita, Bilbilitano, Bonificación, Caaguazense, Camastronería, Canalículo, Canelonense, Catecúmeno, Catoptroscopia, Dicotiledona, Celastráceas, Cilindroaxil, Circunspecto, Cognoscitivo, Deshinibido, Dipterocarpáceas, Encalabernarse, Enjalbegadura, Enladrilladura, Flatulento, Flebotomista, Frumenticio, Frustratorio, Genitourinario, Gimnospermas, Glandígero, Gorgojearse, Grandílocua, Güisclacuachi, Habitabilidad, Hamamelicláceas, Hebdomadario, Hieráticamente, Hierosolimitano, Hiperclorhídrico, Hidrargirismo, Hidrosulfuro, Hipocondríaco, Homogeización, Impalpabilidad, Imparidígito, Impenetrabilidad, Impensadamente, Guangocho, Impermeabilización, Implacablemente, Ignomiosamente, Ilesgible, Imperceptiblemente, Impostergable, Imperturbablemente, Kafkiano, Maltratamiento, Mbuyapeyense, Miramamolín, Miramelindos, Mojigatería, Morongada, Municipalización, Nacionalsindicalista, Neordarwwismo, Neohegelianismo, Nitrotolueno, Noventayochista, Obligatoriedad, Obscenamente, Octosilábico, Oftalmológico, Omnisciente, Ornitorrinco, Oxiacetilénico, Ostealgia, Oxihemoglobina, Otorrinolaringología, Palatización, Paleontología, Palingenésico, Pampsiquismo, Panandabuán, Patetismo, Pasterización, Pasteuriano, Patentemente, Pataletear, Paternóster, Paulatinamente, Radioseñalización, Selenología, Segundogenitura, Sensutepequense, Sompancle, Sorrostrada, Suscintamente, Sulfhídrica, Tamarrizquito, Tarrabasquiña, Tarraconense.
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Ejercicio 6
La base de la lectura en voz alta, está
en la concentración. A menudo nuestra voz emite el texto que leemos pero
nuestra mente se encuentra en otro lugar, en lo que viene después o en lo que
pasó antes, en cualquier escenario que nada tiene que ver con el texto que
estamos convirtiendo en sonido. Leer correctamente significa interpretar
adecuadamente un texto y hacerlo llegar al oyente con la mayor claridad. Para
lograrlo hay que hay entender su contenido, tener en cuenta los signos de
puntuación y las curvas de entonación, imprimirle una velocidad adecuada,
pronunciar correctamente cada palabra, vocalizar, utilizar las pausas, cambios
de ritmo y volumen, correctamente, etc.
Resumiendo, hay que estar concentrados. Por eso insisto en que es necesario entrenar TODOS LOS DÍAS leyendo unos minutos en voz alta textos ricos en expresividad que nos obliguen a mantener la concentración.
Hoy te propongo que practiquemos con Jitanjáforas. El término jitanjáfora fue creado por el escritor mexicano Alfonso Reyes que lo tomó de unos versos del cubano Mariano Brull (1891-1956). Reyes definió las jitanjáforas como: "Creaciones que no se dirigen a la razón, sino más bien a la sensación y a la fantasía. Las palabras no buscan aquí un fin útil. Juegan solas" .
Comprobarás que al leer los siguientes textos, probablemente no te enterarás de nada. No importa. Se trata de practicar. Intenta disfrutar del sonido de las palabras. Imprímeles una entonación “creíble”, como si comprendieses todo, no corras, utiliza el lenguaje verbal para reforzar tu lectura, imprímele distintos sentimientos, de alegría, tristeza, romántico, etc.
Y, por supuesto, grábate. Comprueba los errores y vuelve a grabarte.
LEYENDA (Mariano Brull )
Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveolea jitanjáfora
liris salumba salífera.
Olivea oleo olorife
alalai cánfora sandra
milingítara girófora
ula ulalundre calandra.
PARTO DE PALABRAS (I) (Juan Morales Rojas)
¿Y por qué yo, poeta,
no he de inventar palabras
como sacaraluna,
besiamor, hojiplata,
bellisol, clarirrío,
oriluz, fulginácar,
melibeja, luzbrina,
vinosía y sedánima?...
Yo soy un académico
que sílabas engarza
y partero que alumbra
oriluz de metáforas.
Con besiamor las huello
donde hallo mi sedánima
o abajo en clarirrío,
brisa azul y hojiplata
o me habo centinela
de mi sombrialargada
esperando a Cupido
y a melibejas áureas,
mientras sacaraluna
de puriamor se embriaga
entre un luciderazgo
de vinosías báquicas
que fulgibrinen ténues,
que centiguarden cáutas
homivital anhelo
que arriba eterniaguarda.
Puedo, pues soy poeta,
inventar mis palabras
que bellos oriluces
al pueblo le regalan.
JITANJÁFORAS DEL ALMA (Álvaro Morales)
Sonsoniches mezclados
con merestines salían
por la albiguarda nudailal
de recalcitrantes violóvalos
plenos de pringuezorras
que esculpían soltiveques
en la noche de San Eruperancio.
Mañanas de fulgiversas
antinópatas y abelades
sin corolarias y celídacos
envueltos en filfateras
de noctanvulgos y bedollas
cuando la buhadilaga soñajea
con la prifusa y el pinsajo.
Aún quedan filtires de cobálubas
en medio de soñoques, abanibies
que son los que albuminan y repusan
los caminos destruferos y jocables
que encuerdan con retimoles y soyuces
viendo como costíbulan los albares
en una vida de sorrentes y primavolas.
El viejo ya no apalubíla ni jameba
sus sienes son trúbulos de mialgas
y sus manos escuban los rorices
de cuando era chupíba y cenébolo.
Ahora su mente dédola y delcíba
entre estelúbalas y morencias
caerá por nésticos mistuarios.
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Ejercicio 7
Elige un texto rico en expresividad. Imprime una página a un tamaño bien grande. Como mínimo un cuerpo de 14 y a doble espacio. Empieza a leer muy, muy, pero que muy lentamente, exagerando la vocalización, forzando los músculos faciales, colocando correctamente lengua, dientes, labios, etc. Siendo conscientes de la entonación que le damos a las palabras, su acentuación, respetando los signos de puntuación y dibujando correctamente la curva melódica. Insisto en la lentitud. Manteniendo ese ritmo lento, muy lento, vamos a intentar adelantar nuestra mirada a nuestra voz algunas palabras, poco a poco. Cuando veas que se acerca un punto, levanta la mirada del papel y termina la frase sin mirarlo. Grábate y después escucha lo que has grabado.
Este ejercicio te va a permitir controlar la velocidad, ejercitar los músculos que intervienen en la fonación y mejorar tu vocalización. Mejorar tu entonación y por lo tanto hacer más creíble tu lectura. Mejorar tu interpretación y el control de las pausas.
Deberás practicarlo al menos durante 15
días a la misma velocidad, con la misma lentitud, y cambiando cada día de
texto. Pasado ese tiempo deberás imprimirle poco a poco más velocidad. Serás tú
con la autocrítica quien decida si debe o no aumentar la velocidad. Tú debes
decidir si las grabaciones están bien o no. Si crees que no eres objetivo
contigo, pide ayuda a alguien de confianza que no te mienta y adule. Y que sea
capaz de juzgar tu grabación.
Cuando pasado un tiempo, llegues a leer
con la velocidad propia que requiere cada texto, deberás seguir practicando
cada día 10 minutos mezclando diferentes textos, de contenidos muy distintos
entre si: poesía, prosa, alegres, tristes, cuentos, monólogos, noticias, etc.
La practica diaria es básica
para mantener e incluso mejorar nuestro nivel profesional, para evitar y
corregir posibles vicios, para conservar nuestra personalidad y no dejarnos
llevar por modas o estilos perjudiciales. Hay muchos
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