martes, 20 de marzo de 2018

GUION RADIOTEATRO PARA PRACTICAR MODULACION ORAL

Guión del Radioteatro




  • Track 1. Apertura.

  • Track 2. Música de Hey! Pachuco! con intro (percusión). Bajar cuando comienza a hablar la narradora. Desaparece cuando termina.

Narradora: En pleno barrio porteño de Villa Crespo, Stan Hip-kins, un joven de 31 años recién cumplidos, no adultera su rutina diaria.
Este empleado del mes, de la cadena de comida rápida Burguer King, deseaba desde hace tiempo un giro de timón en su vida.
Deseaba…

Efecto. (Ruido ambiente del local)

Stan: ¿Quiere agrandar su combo por $3? Por $3 más puede cambiar sus papas por unos ricos aros de cebolla…

Efecto. (Sonido de bandeja, vasos, etc)  2 segundos

  • Track 3. Música de Hey! Pachuco! sin intro. Solo cuando habla la narradora. Despues bajar.

Efecto. (Sonido de lluvia).

N: Un viernes 13 por la tarde, lluvioso y frío… mientras estaba atendiendo, la caja registradora se rompió. No registro!
Ante esta situación, su jefa lo mando a limpiar.

S: (como pensando en voz alta) Ufa… otra vez a limpiar. Esto es un desastre. La gente es muy sucia, deja todo tirado… hasta los diarios que les facilita el local dejan tirado… mira este, está en el piso… por Dios…

Efecto. (Ruido de diario).

(Ve una foto)… Uia?… ¿Y esta foto? A esta chica de la foto la conozco… la tengo de…
Pero esta chica es... esta chica es Tina Torner!!!... mi compañera de primaria, la de los rizos dorados, la que compartía banco conmigo!!!... pero por Dios, sigue tan hermosa como siempre.

  • Track 4. Música Tema Tina. Para que lea el aviso del diario. Después desaparece.

N: (Lee el aviso del Show del diario, con otro tono. Bien franela. Esperar música)
“La exuberante Tina Torner, presentará sus nuevas canciones, en el Bongo Coco, canto Bar. Única función, sábado 22 horas puntual. Valor de la entrada: $200”.

Efecto. (Sonido de GAME OVER, perdedor, piña, etc).

S: ¿$200? Maldición… encima es mañana. No llego con la guita… tendré que pedir horas extras… pero  bueno, es mi gran oportunidad después de tanto tiempo.

  • Track 3. Música de Hey! Pachuco! sin intro. Solo cuando habla la narradora. Después bajar.

N: Horas mas tarde…

S: (con sueño y bostezando) Quien sigue?

Noe (actriz invitada): Quiero un Whopper Doble King por favor…

S: Si, si, un Woppp… zzzzz (ronquido)

Noe: Muchacho… muchacho!

Efecto. (Sonido de “xilofón” para sueño)



S: Tina?

T: Stan?

S: Tina!?

T: Stan!?

S: (sorprendido) Tina Torner… sos vos?

T: Si, como estas tanto tiempo? No lo puedo creer… mi compañerito de banco…
(como para adentro) pero que bien que estas… Contame, que es de tu vida?

S: Yo? Heee… Soy… empresario gastronomito… y vos?

T: Yo soy cantante, porque descubrí que es mi vocación… y ahora que te veo, descubrí que quiero ser la mujer de tu vida, la madre de tus hijos… ¡Quiero ser toda tuya!

S: Me estas cargando… EN SERIO?

T: Si, y quiero que me des tu Whopper Doble. (sexy)

S: Queee?

T: Quiero mi WHOPPER DOBLE!!! (histérica)

S: Tu queee?

Noe: (golpe sobre la mesa) MI WHOPPER DOBLE KING!!! Por favooor…

S: HA… Si, Si… ya se lo traigo Sra… pero por $3 más puede cambiar sus papas por unos ricos aros de cebolla…


  • Track 3. Música de Hey! Pachuco! sin intro. Solo cuando habla la narradora. Después bajar.

N: Al otro día… Stan se prepara para salir hacia Bongo Coco. Tras estar practicando varias veces frente al espejo, como hablarle a esta hermosa cantante que lo desveló, se da cuenta que es tarde para el Show… y sale volando…

Efecto. (Sonido de bici, bocina o campanita)

S: tengo que llegar, tengo que pedalear, tengo que llegar, tengo que pedalear..

Efecto. (Ladrido de perro)… Salí de aca… uf, uf, uf…
  • Track 3. Música de Hey! Pachuco! sin intro. Solo cuando habla la narradora. Después bajar.

N: Al llegar a Bongo COCO…

S: Una entrada por favor.

Tony: No hay más lugar Sr.

S: (piensa en voz alta) Que!? Tina!... Pero tengo que entrar…

Tony: Imposible, el lugar esta completo.

S: Pero… quiero hablar con el dueño!!!

Tony: El dueño soy yo… tomatelas! (empujón)

S: Para!... que empujas?

  • Track 3. Música de Hey! Pachuco! sin intro. Solo cuando habla la narradora. Después bajar.

N: Después de varios intentos fallidos para ingresar, Stan divisa una ventana en la parte posterior del lugar. Su única oportunidad de verla.

S: Esa ventana! A donde dará?  No importa, es mi pasaporte directo para reencontrarme con ella… Lo intentare, Dios… ayúdame… “padre nuestro que estas en el cielo… santificado sea tu…

Efecto. (Ruido de cajones - trepar)

S: (como con esfuerzo) Hu… ha… etc.

  • Track 3. Música de Hey! Pachuco! sin intro. Solo cuando habla la narradora. Después bajar.

N: Finalmente logro ingresar al baño del canto bar. Abrió la puerta y escucho la bella melodía que Tina Torner entonaba…

Efecto (sonido de puerta abriendose)

  • Track 5. Canción de Why don’t. Mientras canta Tina (1min 22 seg, aprox). Después desaparece.

T: (Canta) 1 minuto 22 segundos. (Ver anexo 2)


S: (comenta sobre la canción) Pero que bella… que hermosa… que fantástica mujer. No puedo creer lo linda que esta en esta noche. Aun tiene esos rizos dorados que me encandilaban en la primaria… esos ojos celestes como el mar, esa figura esbelta y esas…

Efecto. Aplausos

T: (termina de cantar) Gracias por estar aquí en esta noche tan especial para mí… quisiera agradecerle a todos ustedes, a Bongo Coco por haberme invitado en mi última presentación de este año en Bs. As… ¿Stan?

S: Me nombro? Tina! Te extrañe… y te estuve esperando toda mi vida… y quiero decirte que… música maestro!!!

T: Hey!

  • Track 6. Música de Cuban Pete. Se corta abruptamente sobre el final   (al minuto aprox.) cuando interviene Tony.

Efecto. (Sonido de “maracas”)

S: (Canta. 1 min aprox)

Oh! Rubia vinee aquí…
Solamente para decir…
Que TE AMO,
Chin chiki bum, chin chiki bum, chin chiki bum.

En bici pude llegar…
Y aunque me costo entrar…
Yo te vengo a cantar
Chin chiki bum, chin chiki bum.

Oh! Señorita si!… casarme con usted es lo que yo quiero, tener hijos (también un perro)...
plantar un árbol, escribir un libro con su biografía, yo ser su dueño…
venga conmigooo y cúmplame el sueño…

(juega con la boca haciendo ruidos diferentes).

Interrumpen tema.
Tony: Saquen a ese tarado!!!

S: No! (forcejea) Sueltenme!… Tina te amo!!! Y quiero que seas mía… no me saquen!!!

Efecto. (Ruido de portazo)
Efecto. (Ruido de bici)

S: (llorando)…. Tina… Tina te soñé… te vi… te cante… te hice la tarea… (mocos) snif…

(Silencio)

T: Stan… estas bien?

S: Tina… perdona. Es más fuerte que yo… no quise interrumpir tu última función… pero…

T: No te preocupes… la verdad que me pareció muy lindo lo que hiciste. Nunca nadie hizo algo así por mí. Ni siquiera mi novio…

Efecto. (Sonido de GAME OVER, looser, piña, etc).

S: Tienes novio???

T: Si, Tony Motola, el dueño del lugar. Lo conoces????

Efecto perro.

S: bueno… perdón otra vez. Mejor me voy…  que te vaya bien… que seas feliz…

Efecto. (Sonido de pasos) 3 seg.

T: (en voz alta) Stan! Stan Volvé…

S: Que?

T: Antes que te vayas… esto es para vos…

Efecto. (Sonido de beso)

  • Track 7. Música de Queen. Love of my life. 30 segundos.

N: (Esperar hasta que la cancion diga love of my life, 7 segundos aprox)  Finalmente… Tina se dio cuenta quien la amaba de verdad y con quien quería estar realmente… y se fue con Stan en bici a tomar un café.
Ella, no trabajo mas con Tony Motola, ni para Bongo Coco.
Él, nunca mas trabajo para Burguer King y hoy es su nuevo representante…
con quien tuvo 5 hijos (y dos mascotas)...
FIN.

  • Track 8. Cierre.

viernes, 16 de marzo de 2018

CASA TOMADA CUENTO JULIO CORTAZAR

Casa tomada

[Cuento - Texto completo.]
Julio Cortázar

Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé por qué tejía tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era así, tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.
Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda de alcanfor lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercería; no tuve valor para preguntarle a Irene qué pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.
Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte más retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y mas allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y el baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble cómo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos.
Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurrió poner al fuego la pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la puerta. Me tiré contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para más seguridad.
Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo.
Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados.
-¿Estás seguro?
Asentí.
-Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado.
Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tardó un rato en reanudar su labor. Me acuerdo que me tejía un chaleco gris; a mí me gustaba ese chaleco.
Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza.
-No está aquí.
Y era una cosa más de todo lo que habíamos perdido al otro lado de la casa.
Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aun levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, no daban las once y ya estábamos de brazos cruzados. Irene se acostumbró a ir conmigo a la cocina y ayudarme a preparar el almuerzo. Lo pensamos bien, y se decidió esto: mientras yo preparaba el almuerzo, Irene cocinaría platos para comer fríos de noche. Nos alegramos porque siempre resultaba molesto tener que abandonar los dormitorios al atardecer y ponerse a cocinar. Ahora nos bastaba con la mesa en el dormitorio de Irene y las fuentes de comida fiambre.
Irene estaba contenta porque le quedaba más tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a mi hermana me puse a revisar la colección de estampillas de papá, y eso me sirvió para matar el tiempo. Nos divertíamos mucho, cada uno en sus cosas, casi siempre reunidos en el dormitorio de Irene que era más cómodo. A veces Irene decía:
-Fijate este punto que se me ha ocurrido. ¿No da un dibujo de trébol?
Un rato después era yo el que le ponía ante los ojos un cuadradito de papel para que viese el mérito de algún sello de Eupen y Malmédy. Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.
(Cuando Irene soñaba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sueños y no de la garganta. Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones que a veces hacían caer el cobertor. Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios.
Aparte de eso todo estaba callado en la casa. De día eran los rumores domésticos, el roce metálico de las agujas de tejer, un crujido al pasar las hojas del álbum filatélico. La puerta de roble, creo haberlo dicho, era maciza. En la cocina y el baño, que quedaban tocando la parte tomada, nos poníamos a hablar en voz más alta o Irene cantaba canciones de cuna. En una cocina hay demasiados ruidos de loza y vidrios para que otros sonidos irrumpan en ella. Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta pisábamos despacio para no molestarnos. Yo creo que era por eso que de noche, cuando Irene empezaba a soñar en alta voz, me desvelaba en seguida.)
Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias. De noche siento sed, y antes de acostarnos le dije a Irene que iba hasta la cocina a servirme un vaso de agua. Desde la puerta del dormitorio (ella tejía) oí ruido en la cocina; tal vez en la cocina o tal vez en el baño porque el codo del pasillo apagaba el sonido. A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el baño, o en el pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro.
No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancel, sin volvernos hacia atrás. Los ruidos se oían más fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la cancel y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada.
-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo.
-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunté inútilmente.
-No, nada.
Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.
Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.
FIN

TIPOS DE FOCALIZACION NARRATIVA


Tipos de focalización narrativa
A continuación conocerás los tipos de focalizaciones narrativas y su relación con la clasificación de narradores.

Al momento de contar la historia el emisor construye una entidad ficticia denominada narrador. Él será el encargado de entregar el relato al lector a partir de diversas focalizaciones o miradas que se califican como: cero, externa e interna. Cada una de ellas está directamente relacionada con un tipo de narrador.
ÍNDICE
·         1 Focalización cero
·         2 Focalización externa
·         3 Focalización interna
FOCALIZACIÓN CERO
En este tipo de focalización podemos encontrar al narrador omnisciente, en tanto el narrador no se priva de entregar ninguna información. Por lo tanto, conoce absolutamente todo lo que sucede en la obra. Es capaz de hacer detalladas descripciones de espacios, ambientes y circunstancias que rodean a la narración. El narrador se sitúa desde el exterior de los personajes, no para verlos desde fuera, para ver sus gestos y simplemente oír sus palabras, sino para considerar de un modo objetivo y directo su vida psicológica. El que el narrador sea objetivo, quiere decir que no se compromete de ninguna manera con lo narrado, ni emocional, ni moral, ni política, ni culturalmente. El narrador sólo se restringe a contar la historia. Veamos un ejemplo de este tipo de focalización:
“A la puerta de la casa de Sebastián en Parapara sonaron tres duros golpes impacientes. Golpes de madera sobre madera que bien pudieran haber sido producidos por el garrote de un visitante o por la culata de un fusil. Eran las doce de la noche y jamás nadie llamó antes a aquella puerta a tal hora y en tal forma.
Sebastián se enderezó lentamente sobre la red de chinchorro. Pensó en el viejo revólver que le había regalado la señorita Berenice y que estaba ahí, en un baúl sin cerradura, al alcance de su mano”
(Miguel Otero Silva, Casas muertas)
FOCALIZACIÓN EXTERNA
En este caso el narrador no accede directamente al pensamiento de los personajes, pero tampoco se encuentra aislado de ellos en la medida que conoce la parte exterior de ellos, lo que le permite describir el físico de los personajes y el ambiente. Además, es el que relata los hechos porque los presenció, pero no participó directamente de la acción. A continuación un ejemplo:
“Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura pasionaria en la mano, viéndola como nadie la ha visto, aunque la mirara desde el crepúsculo del día hasta el de la noche, toda una vida entera. Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del cigarrillo. Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzador. Recuerdo cerca de esas manos un mate con las armas de la Banda Oriental; recuerdo la ventana de la casa una estera amarilla, con un vago paisaje lacustre”
(Jorge Luis Borges, Funnes el Memorioso)
FOCALIZACIÓN INTERNA
En este tipo de focalización se encuentra el narrador personaje y el protagonista, en tanto se halla dentro de la misma historia y la cuenta desde esa perspectiva. Si es el personaje central hablamos de un narrador protagonista. En cambio, si el narrador participa de la historia, pero no es el personaje central, sino que sólo actúa como colaborador, entonces es personaje secundario. Además, existen tres tipos de focalización interna:
1.       Fija: Está centrada en un sólo narrador que cuenta la historia.
2.       Variable: Varios narradores que dan cuenta de diversos sucesos.
3.       Múltiple: Varios narradores que desde distinta perspectiva narran el mismo acontecimiento.
Veamos un ejemplo:
“Mucho tiempo he estado acostándome temprano. A veces, apenas había apagado la bujía, cerrábanse mis ojos tan presto, que ni tiempo tenía para decirme: Ya me duermo. Y media hora después despertábame la idea de que ya era hora de ir a buscar el sueño; quería dejar el libro, que se me figuraba tener aún entre las manos, y apagar de un soplo la luz; durante mi sueño no había cesado de reflexionar sobre lo recién leído, pero era muy particular el tono que tomaban esas reflexiones, porque me parecía que yo pasaba a convertirme en el tema de la obra”
(Marcel Proust, En busca del tiempo perdido)



RECURSOS NARRATIVOS


QUÉ RECURSOS NARRATIVOS NECESITAS?
Naturalmente, la respuesta no es unívoca, pues depende no sólo del género narrativo (relato o microrrelatocuentonovela), sino que además depende del tipo de narración que hagas. No es lo mismo hacer una novela sentimental que una psicológica o una de misterio. Para cada una de ellas necesitarás unos recursos distintos, incluso para cada escena.
Sin embargo, sí que podemos apuntar algunos recursos narrativos y universales del relato, que necesitarás casi siempre, salvo en relatos muy cortos. Vamos a verlos en síntesis, apuntando sus características.
RECURSOS NARRATIVOS LINGÜÍSTICOS
Aquí incluiríamos el manejo de la lengua como tal, sería como el manejo de los instrumentos musicales por sí mismos, el aprendizaje básico teórico y práctico. Por ejemplo, las formas verbales más habituales para cada género o escena, la sincronización de las mismas, la maestría en el manejo de las estructuras sintácticas más corrientes (por ejemplo, oraciones subordinadas, conectores entre frases, etc.)
Luego, dentro de este apartado, estarían los elementos léxicos, semánticos, aportados por las palabras en general, el uso del tiempo y del espacio a través de palabras y frases, etc…

RECURSOS NARRATIVOS ESTILÍSTICOS
Corresponden al estilo propio, la voz propia del narradorel punto de vista adoptado, la focalización en determinadas temáticas o en enfoques específicos dependiendo de la historia que estamos contando. El ritmode la historia, por ejemplo, depende mucho del enfoque adoptado y está en íntima correlación con los recursos narrativos lingüísticos. En el ejemplo de la orquesta, sería el director que lleva la batuta el que imprime el ritmo y la cadencia.
RECURSOS NARRATIVOS PROPIAMENTE DICHOS
Bien, aquí sería la música propiamente dicha, o sea, qué tipo de texto estamos elaborando y qué recursos narrativos empleamos, entre los que destacaríamos:
§  La elipsis: consiste en saltar en el tiempo y en el espacio, haciendo una especie de ejercicio de síntesis para que la historia progrese y el lector se interese. Es una de las bases del ritmo, y se usa formalmente para eliminar todo lo superfluo, lo no necesario. Quizás es el recurso narrativo más importante y más difícil de dominar, aunque no lo parezca a simple vista.
§  Presentación de la información: ¿Quién sabe más, el lector o los personajes? Cuando el lector sabe más que los personajes, esto introduce un elemento de dramatización que empatiza directamente con el lector, que se interesará más si cabe por la narración. Es la base del misterio, del suspense. Y además, puede ser usado en cualquier género, no importa si se trata de una novela sentimental o de una propia del género negro.
§  El narrador en primera persona: escribimos como si lo que estamos narrando nos hubiera sucedido a nosotros mismos. No sirve para cualquier relato, pero sí para cierto enfoque que da más naturalidad a la narración, más proximidad con el lector.
§  Un personaje en primera persona: es un caso parecido al anterior, sólo que el punto de vista está en el personaje protagonista. A veces se utiliza el método de cambiar el punto de vista, haciendo hablar en primera persona a distintos personajes. Es una técnica moderna que hay dominar muy bien para ejecutarla.
§  Administrar la información: el relato que se presenta al lector puede contener mucha información, por ejemplo al principio, para después ir dosificando esa información que ya tiene el lector para ir introduciendo nuevos elementos (personajes, escenas, temáticas divergentes, nuevos misterios, mayor dosis de suspense, etc.).
§  Sorpresa: cuando creemos que el lector puede perder interés en la narración, podemos introducir un factor sorpresa, a través de la imaginación, para complicar la trama o hacerla más interesante. Hay que dosificar muy bien este elemento. Es como el sonido de los platillos en la orquesta, o de un bombo. Es como un choque repentino que sufre el lector, y que lo saca de lo anodino o repetitivo.
§  Las figuras literarias: metáfora, ironía, sarcasmo, antítesis, comparaciones, hipérboles, etc. etc. Hay que usarlas con mucho tino y en el momento adecuado, conforme a la escena que se está narrando y a los personajes que están presentes.Mal utilizadas pueden convertirse en un obstáculo para la narración, convirtiendo el relato en artificial, antinatural, forzado, etc.
Hay muchos otros recursos narrativos, lo que daría de por sí para un curso de formación de escritores, hablando de cada uno en extenso, pero he sintetizado lo que he creído que son las bases más elementales y que todo el mundo entiende. Por supuesto, nos ha faltado por citar la creación de tramas, de personajes, de escenas, la dramatización adecuada, el uso del espacio y del tiempo, la utilización oportuna de los diálogos, etc., pero ya dedicaremos a ello otros artículos más específicos.
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