La improvisación creativa
:técnica de comunicación social
En la comunicación y oratoria es fundamental mostrar naturalidad y
espontaneidad a la hora de emitir el mensaje para con ello aportar credibilidad
a nuestro discurso. Para conseguir dicha naturalidad, es indispensable
practicar lo que se conoce como "el arte de la improvisación".
Puede entenderse por improvisación al ejercicio de realización de
una acción de forma espontánea, es decir, realizar algo sin haberlo
planeado con anterioridad.
Como comunicadores, el ejercicio de la improvisación nos aporta algo fundamental
como es la naturalidad y la credibilidad del mensaje. El emisor debe ser capaz de orar sobre un tema
determinado saliéndose del guion previamente establecido, dotándole con ello de
una profesionalidad que hace que sea capaz de afrontar cualquier situación en
la que tenga que aportar su visión sobre algún tema surgido, de forma
espontánea, pero válida.
Aparentemente puede parecer que la acción de hablar sobre un tema que no
habíamos previsto o guionizado puede llevarnos a algún error de comunicación,
sin embargo, en nuestra vida cotidiana cada día realizamos dicho ejercicio al
comunicarnos con los demás.
Ejemplos:
- Charla
con un vecino.
- Encontrarse
a alguien conocido por la calle.
- Opinar
sobre un tema televisivo con nuestra familia.
Nuestra manera de comunicarnos cada día es 90% improvisada. Del mismo modo,
es importante destacar que el público o receptor valora la
capacidad del orador de opinar de forma natural sobre un tema, ya que la oratoria
excesivamente preparada y guionizada puede dar lugar a monotonía en el mensaje.
Para improvisar de forma adecuada debe tenerse
en cuenta las siguientes indicaciones:
- Conocer
el tema del que se habla.
- Emplear
frases cortas y directas.
- Lenguaje
sencillo y coloquial.
- Estar
relajado y liberado física y mentalmente.
- Emplear
ejemplos que ilustren nuestro discurso.
Para llegar a ser expertos en comunicación, es preciso practicar con los
siguientes ejercicios siguiendo las
anteriores indicaciones, en los que durante un tiempo estipulado debemos
elaborar un discurso improvisado sobre un tema determinado.
- Ejercicio.
Durante 30 segundos, tema: el pan.
- Ejercicio.
Durante 1 minuto, tema: el calor.
- Ejercicio.
Durante 2 minutos, tema: el frío.
- Ejercicio.
Durante 3 minutos, tema: la amistad.
Si el emisor es capaz de llegar al cuarto ejercicio sin titubear en exceso
y sin quedarse callado, puede considerarse un gran improvisador. De esta forma,
el orador se obliga a construir un discurso improvisado sobre un tema que no ha
preparado con anterioridad.
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