COMO CREAR EL ESQUEMA DE UNA NOVELA
LUIS TEJADA RIVERA (COMPILADOR)
Sabemos que ahora mismo te estarás diciendo «¿De verdad necesito preparar el esquema de una novela antes de empezar a escribirla? Pero si tengo clara la historia al completo en mi cabeza. Mejor empiezo a escribir y me ahorro el trabajo de crear una estructura previa.»
Muchos escritores noveles escriben así sus primeras obras: tienen una idea para una novela y entonces se sientan ante su portátil, dejando que la historia fluya y limitándose a atraparla según cruza por su cabeza. No es que ese sea un mal sistema, es que, simplemente, no es un sistema.
De esta manera, cuando pierden el impulso de los primeros días, muchos escritores empiezan a flojear. No saben bien por dónde seguir, esa idea que tenían tan clara empieza a palidecer, sufren bloqueos… Finalizar su novela les cuesta un enorme trabajo y les lleva muchísimo tiempo.
Pero sus problemas no acaban ahí.
Cuando llega el momento de revisar y reescribir se dan cuenta de que tienen que volver a trabajar las partes principales de la historia, tienen que reconstruir sus personajes y trabajar duramente para lograr que la historia se convierta en un todo que fluya perfecto de principio a fin con coherencia y sin obstáculos. Cuando creían haber acabado, se encuentran con que les queda mucho trabajo por delante.
Por eso nuestra recomendación es que empieces por refinar tu idea antes de empezar a escribir y, después, empieces a crear el esquema de tu novela.
Te aseguramos que dedicar un poco de tiempo a crear el esquema de una novela antes de empezar a escribirla es siempre tiempo bien empleado que te va ahorrar mucho trabajo después. Crear un esquema para tu novela te servirá para asegurarte de que tu historia tiene una estructura coherente. Tu trama será más robusta y tus personajes estarán mejor trabajados. Cuando empieces a escribir harás más en menos tiempo y te ahorrarás encontrarte con problemas que no habías previsto. Por no mencionar que habrá muchas menos posibilidades de que te quedes bloqueado.
Hoy te vamos a dar algunas ideas para crear el esquema de una novela que te ayude a escribir de una manera efectiva.
Pero, antes de empezar, tal vez te interese saber cómo hacer una novela: los pasos previos que debes dar antes de comenzar a trabajar en el esquema.
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Primeros pasos para crear el esquema de una novela
Lo primero que tienes que entender es que trabajar el esquema de una novela forma parte del proceso de escritura de la novela en sí.
No se trata de tomar algunos apuntes para que no se te olviden las ideas ni de anotar algunos rasgos sobre los personajes, todo en menos de una hora. Preparar un buen esquema lleva tiempo y trabajo. Es precisamente por eso por lo que muchos escritores se lo saltan. (Otro día hablaremos del Síndrome del Escritor Vago, porque es un tema que merece una entrada entera).
Por el contrario, preparar el esquema de una novela es un trabajo arduo que requiere reflexión, tiempo y paciencia. Se trata de crear el esqueleto de tu novela, pero verás que después vestir ese esqueleto con músculos y piel te va a resultar mucho más fácil y agradecerás el tiempo empleado en hacerlo.
Así que tómate tu tiempo. Preparar un esquema sólido puede llevarte incluso semanas. En ese tiempo escribirás una versión abreviada de tu historia, explorando giros de la trama, conociendo la motivación de tus personajes y construyendo el mundo donde todo tendrá lugar.
Este es el momento de equivocarse, de experimentar, para que cuando empieces a escribir vayas (en la medida de lo posible) sobre seguro. Recuerda que si tu esquema tiene sentido, tu novela tendrá sentido.
El esquema general
Para empezar, divide tu historia en tres partes. Ya sabes, los clásicos inicio, desarrollo y desenlace.
Probablemente tu novela no acabe ajustándose exactamente a ese esquema, pero es una buena manera de comenzar a trabajar en ella.
En la primera parte, presenta a los personajes principales y especifica cuál es el problema (conflicto) con el que el protagonista deberá enfrentarse.
En la segunda parte, valora las opciones que tienes para dar un giro a la trama e incrementar la tensión. Al tiempo, debes profundizar en la motivación de los personajes y en la manera en que afrontan el conflicto.
En la última parte debes pensar cómo presentarás el clímax. También debes anotar cómo el protagonista ha cambiado con todo lo que le ha sucedido a lo largo de la novela y pensar cómo logra resolver (o no) el problema que se le presentó en el inicio de la historia.
El esquema parte a parte
Una vez que hayas desarrollado el esquema general para tu novela, debes ampliarlo parte a parte, creando un esquema específico para cada una de las partes.
Cada una de estas partes debe tener, como el esquema general, una estructura que se corresponda con la estructura inicio-desarrollo-final.
Por ejemplo, si en la primera parte vas a presentar el problema que deberá superar tu protagonista, esa sección debe a su vez desarrollarse siguiendo la mencionada estructura.
Además, lo más probable es que optes por dividir la novela en varios capítulos. Este es el momento de que hagas un esbozo previo de los mismos: divide cada una de las partes en tantos capítulos como consideres que debe tener.
Por ejemplo, en la primera parte puedes dedicar un capítulo a presentar al personaje principal, otro a presentar la situación de partida (es decir, cómo son las cosas antes de que el conflicto haga su irrupción) y otro más a presentar el conflicto. En total, esta primera parte tendría tres capítulos.
No olvides que el esquema para cada uno de estos capítulos también debe ser el clásico inicio-desarrollo-final.
Establece objetivos
Al acabar la fase anterior deberías saber ya cuántos capítulos más o menos va a tener tu novela.
Ahora debes decidir qué longitud tendrá cada uno de esos capítulos.
Por ejemplo, puedes decidir que cada capítulo tenga 10.000 palabras. Pongamos que, tras trabajar en el esquema parte a parte sabes que tu novela va a tener doce capítulos.
12 capítulos x 10.000 palabras cada uno = 120.000 palabras que tendrá tu novela.
Por supuesto, estas cifras no serán exactas. Un capítulo puede tener 8000 palabras mientras otro tendrá 13.000. La finalidad de decidir de antemano cuántas palabras va a tener cada uno de los capítulos y cuántas tu novela no es otra que el que te puedas marcar unos objetivos.
Seguro que estás pensando que fijar de antemano estas cifras va a encorsetar tu escritura e impedir que aflore tu creatividad. Que lo suyo es dejar que la historia fluya y se vaya contando hasta que, por sí sola, llegue a su final. Pero, piénsalo, según esa idea tú no tendrías apenas participación en la escritura de tu novela. Serías solo un instrumento en manos de la historia, que te utilizaría como un vehículo para encarnarse en palabras. Te limitarías a actuar como un médium.
Te aseguramos que ese no es el papel que juegan los escritores que publican novelas. Los escritores cuyas obras lees y admiras, esos a quienes quisieras emular, crean esquemas para sus historias y se fijan objetivos de escritura.
La finalidad de crear el esquema de una novela es precisamente ayudarte a que te organices y te mantengas enfocado.
Gracias al esquema parte a parte sabrás exactamente qué debes escribir en cada momento. Y gracias a fijarte objetivos de escritura sabrás cuántas palabras tienes que escribir para acabar un capítulo y cuántas para acabar tu novela. Sabrás si estás trabajando bien y tendrás un incentivo para continuar avanzando.
Como sabrás hacia dónde va tu historia podrás dedicarte a escribirla de la mejor manera posible, en lugar de estar pensando cómo vas a continuar cuando acabes esa escena.
Cómo hacerlo
• Paso 1
Como ya hemos visto, lo primer que debes hacer es dividir la historia para tu novela en tres partes claras: principio, desarrollo y final. A continuación, deberás averiguar qué va a pasar exactamente en cada una de esas partes.
Tómate todo el tiempo que necesites para hacerlo. Reflexiona en profundidad y escribe tus ideas, ya sea un cuaderno o en un documento de texto. No dejes cabos sueltos pensando que ya los atarás cuando escribas esa parte. Este es el momento de averiguar qué va a pasar en cada parte de tu novela. Si más adelante cambias de idea, perfecto; pero de momento tienes que tener todo claro.
Al acabar tendrás un resumen pormenorizado de tu historia, de principio a fin.
• Paso 2
A continuación, divide cada una de las tres partes en varios capítulos y decide la longitud aproximada de cada uno de ellos. Piensa el propósito de cada capítulo dentro de cada parte, qué función cumple: presentar un personaje, presentar el conflicto, mostrar un cambio en el protagonista, etc.
Recuerda que cada parte de la novela y cada uno de sus capítulos deben corresponderse con el esquema planteamiento- desarrollo-desenlace, haciendo avanzar la historia y preparando lo que va a suceder a continuación, manteniendo el interés del lector.
Haz una lista de los capítulos en el orden en que aparecerán en tu libro. Prepara un resumen de dos o tres frases sobre lo que acontece en cada capítulo.
• Paso 3
A medida que trabajas hazte preguntas importantes. ¿La historia tiene sentido? ¿Fluyen los capítulos de forma lógica? ¿Hay lagunas que deban solucionarse? ¿Evoluciona el personaje conforme a los acontecimientos? Ve ajustando la historia según las respuestas que des.
Al finalizar este proceso, que puede haber durado días (incluso semanas) tendrás un resumen de tu historia, separado en capítulos, claro y eficaz. Felicidades así se crea el esquema de una novela.
Solo tienes que empezar a trabajar capítulo a capítulo desarrollando la historia a partir del resumen.
Ten claro que este no es un esquema perfecto ni definitivo ni que le sirva a todo el mundo. Toma de él aquellos aspectos que mejor encajen contigo y complétalos con aquellas formas de trabajar que sepas que te funcionan para crear tu propio sistema infalible.
Pero hazte un favor y crea tu propio sistema. Crear el esquema de una novela como trabajo previo antes de empezar a escribirla te aclarará las ideas, te ahorrará muchos disgustos y frustraciones y hará que tus historias sean más sólidas y bien tramadas.
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