Cómo modular tu voz para una comunicación eficiente.
El entrenamiento para modular el habla implica mejorar el tono, la resonancia, la expresividad, el volumen, ritmo, pausas, cadencia, y la claridad de la propia voz.
La modulación de voz es una de las armas que debes conocer y manejar muy bien cuando estés pronunciando un discurso, ya que es la herramienta diferenciadora con respecto a los demás ponentes.
Una buena modulación refleja confianza, y ayuda a convencer a la audiencia y gracias a ella conseguimos que nos escuchen y mantengan la atención.
Está demostrado que usar una efectiva modulación de voz es la gran diferencia entre un discurso agradable o uno aburrido.
Al dominar la modulación de voz, conseguimos que el discurso sea más interesante, comprensible y memorable para la audiencia.
La modulación no es fácil, pero ejercitando los músculos encargados de la producción de la voz y aplicando diferentes técnicas, según el estilo del comunicador, haremos que nuestra comunicación sea coherente y eficiente.
Para ello necesitas practicar, practicar y practicar, como cuando vas a entrenar otros músculos del cuerpo. Esa es la clave para que puedas dominar de manera natural la modulación de voz.
Algo que ayuda mucho a despertar el oído es: oír a periodistas, a gente de la radio, e incluso a otros ponentes y observar si varían el tono de su voz, el ritmo y las curvas de entonación y si tiene congruencia con las ideas y sentimientos que transmiten.
Políticos, ejecutivos y notables oradores públicos hacen uso de la modulación de voz y tienen sus propios entrenadores.
¿Por qué tú que que tienes que vender una idea o un producto, o presentar un proyecto a hacer una propuesta a un cliente, o un CEO que se dirige a su empresa, no lo hace?
En cada ocasión, siempre que hagas una presentación o pronuncies una conferencia, debes tener en cuenta:
El tono: Al pronunciar un discurso, el tono de voz juega un papel crucial. Intentar bajar ligeramente la voz ya que debido a los micrófonos, las voces agudas pueden causar un poco de molestia.
Hablar despacio y con claridad consigue atraer la confianza del oyente,
Enfatizar ciertas palabras para dar más impacto al discurso y captar la atención de la audiencia.
Pronunciar palabras correctamente, poniendo énfasis en las sílabas y consonantes correctas.
Mover de forma lenta los labios, genera ininteligibilidad, una mandíbula rígida ahoga la voz y una lengua inmóvil la estrangula.
Proyectar la voz de manera adecuada para que todos puedan escucharte claramente.
Variar de forma correcta entre el tono y el ritmo, hace que el discurso no sea monótono y aburrido.
Olvidar las típicas muletillas como ‘eeeh’, ‘aah’, ‘unh’, ‘umm’, etc., que lo único que hacen es ensuciar tu discurso y te resta profesionalidad.
Como hablar no es comunicar, para ello, debemos proyectar y modular nuestra voz y así lograr obtener un alto rendimiento de nuestra comunicación.
¿Entrenamos?
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