Técnica de Oratoria: La Modulación
Jun 22, 2016 | Buena investigacion, como exponer bien, como leer bien, tecnica de la oratoria
Modulación
no es solo cambiar el sonido de la voz. Si no que también implica variar
el volumen, ritmo y tono. Si usamos bien la modulación lograremos dar vida
a la presentación, despertar sentimientos, mover a actuar a nuestro auditorio.
La Modulación
Si al
hablar en público no modulamos la voz, podemos dar la impresión de que no
dominamos el tema del que estamos hablando.
Por
otro lado, si al hablar variamos el volumen, el ritmo y el
tono nuestra presentación será mucho más atractiva. Un punto importante a
recordar es que nuestra actitud hacia la información que presentamos influye en
la actitud de nuestro público.
La voz
humana es un instrumento de variantes propiedades expresivas. Cuando la usamos
bien, puede dar vida a un discurso. No obstante, una práctica que se debe
evitar es hacer marcas en las notas para indicar dónde modular porque al hacer
esto la voz suena artificial y en vez de infundir fuerza y color a la
presentación, hace que el auditorio se sienta incómodo. Recuerda: La modulación
buena ES LA QUE SALE NATURAL.
Gradúe
el volumen
Una
manera de variar el semblante de la voz consiste en variar el
volumen. Pero eso no significa que deba subirlo y bajarlo de forma
monótona, porque al hacer esto cambiaría el significado de su presentación.
Pero tampoco se debe levantar la voz con mucha frecuencia, pues esto también
causará una impresión negativa.
El
volumen debe ir de acuerdo a la información.
Por eso
si está leyendo una orden importante, o una oración que expresa seguridad,
es apropiado elevar la voz. Si lo que lee contiene una fuerte acusación, varíe el
volumen para destacar ciertas expresiones.
Algo
también a tener en cuenta son los objetivos de nuestra
presentación o discurso.
Recuerde
que los objetivos principales de una disertación son:
·
Estimular al auditorio para actuar de
alguna forma o compre algún producto.
·
Resaltar los puntos principales de la
presentación.
Al
subir el volumen con moderación, puede ser muy útil para alcanzar dichos
objetivos. No obstante, pudiera resultar contraproducente si lo que se dice
exige afecto y sentimiento en vez de un aumento del volumen. Otra manera puede
ser bajando la voz en los momentos oportunos, eso crea
expectación por lo que sigue, que normalmente se pronunciará con más fuerza.
Eso quiere decir que acompaña el volumen bajo con un tono más intenso logrará
transmitir ansiedad o temor.
El volumen
reducido también sirve para señalar que lo que se dice tiene una importancia
menor en el contexto. No obstante, si siempre habla en voz baja, puede dar una
imagen de inseguridad, falta de convicción o desinterés por el tema. Así pues,
debe tener cuidado de no bajar el volumen indiscriminadamente.
Cambie
de ritmo.
Todos
los días cuando hablamos las palabras salen de manera espontánea. Es decir, que
cuando algo nos entusiasma, tendemos a hablar más rápido, pero cuando queremos
que se recuerde bien lo que decimos, bajamos la velocidad.
Un
problema que algunos oradores pocos experimentados tienen es que no varían el
ritmo. Esto ocurre porque se preocupan tanto por las palabras que van a
utilizar que incluso las escriben una por una. Por eso, aunque quizás
no lean el discurso, pero como ya se lo han aprendido de memoria, lo
pronuncian a un ritmo constante. Para corregir este defecto, deben aprender a
disertar valiéndose de la improvisación*.
No
obstante, no hable tan rápido que su dicción se vea afectada. La variedad en el
ritmo no se logra subiendo o bajando la velocidad de forma monótona. Los
cambios de ritmo deben ir de acuerdo con lo que se dice, con los
sentimientos que se desea comunicar y con el objetivo de su exposición.
Para
lograr esto pronuncie sus exposiciones a una velocidad moderada. Cuando quiera
transmitir entusiasmo, hable más deprisa, como lo hace en su habla cotidiana.
También es útil variar el ritmo cuando se mencionan datos de menos importancia
o cuando se narran sucesos a grandes rasgos. Así se da vida y color a la
exposición y se evita que parezca muy aburrida. Por otra parte, los argumentos
de más importancia, las ideas principales y los puntos culminantes suelen
demandar un ritmo más lento.
Varíe
el tono.
Imagínese
a una persona tocando durante una hora una sola nota con un instrumento musical
de la siguiente manera primero fuerte, después suave
ahora
luego despacio… Aunque el volumen y el ritmo cambien, si el tono es siempre
el mismo, la “música” no resulta muy agradable. Este
ejemplo nos sirve para ilustrar que, si al hablar no variamos el tono,
hará que nuestra voz no sea agradable. Por ello, cabe señalar que los
cambios en la entonación no tienen el mismo efecto en todos los idiomas.
Si las
lenguas son tonales, como el chino, las variaciones de tono cambian el
significado de las palabras. Pero hasta los hablantes de tales idiomas pueden
dar más variedad a sus expresiones orales si mejoran su campo de entonación, a la
vez que mantienen el valor relativo de cada tono. Así, pueden hacer más agudos
los tonos altos, y más graves los tonos bajos. En el caso de que el idioma
no sea tonal, los cambios de tono cumplen diversas funciones, como dar
énfasis (con una elevación ligera del tono, así como del volumen), indicar
tamaño o distancia, o señalar que la oración es interrogativa (con una
entonación final ascendente y, en algunos idiomas, descendente).
Para expresar
entusiasmo* se puede elevar el tono. Por otra parte, la tristeza y la
preocupación posiblemente exijan un tono más bajo (o un campo de entonación más
reducido, en los idiomas tonales). Tales sentimientos ayudan al orador a llegar
al corazón de su auditorio. Cuando desee transmitirlos, no se limite a
pronunciar palabras. Lo que si debe verse por su tono de voz que le brotan del
interior.
¿Por
dónde debe empezar a fin de modular bien?
Por la selección
de ideas y datos para el discurso. Si solo escoge razonamientos o
exhortaciones, le será difícil variar el sonido de la voz. Por consiguiente,
analice su discurso y compruebe si tiene los elementos necesarios para una
disertación instructiva y animada.
Por
ejemplo, supongamos que en mitad de la presentación se da cuenta que debe
introducirle más variedad porque la presentación le está quedando aburrida.
¿Qué puede hacer? Bueno cambie la forma de exponer las ideas. También puede
convertir una oración afirmativa en interrogativa y a continuación hacer
una pausa para dar énfasis. Otra opción es incorporar una
ilustración sencilla. Tome en cuenta todas estas técnicas, y
utilícelas en la preparación de su conferencia, prescindiendo de cuánta
experiencia tenga.
Y
recuerede que la modulación es la sal del discurso, por así decirlo. Empleada
en la forma y la medida adecuadas, potencia considerablemente el sabor de la
información y la convierte en una delicia para el auditorio.
En
resumen
·
Gradúe el volumen para expresar con mayor
intensidad mandatos apremiantes, firmeconvicción o denuncias.
·
Determine con cuidado qué partes de la
intervención requieren subir el volumen.
·
Cambie de ritmo según la importancia de lo
que diga.
·
Varíe el tono, para transmitir sentimientos
y llegar auditorio.
·
La buena modulación empieza por la
selección de ideas y datos para el discurso.
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